‘‘La gimnasia es parte fundamental de mi vida. Representa gran parte de mi crecimiento como persona, atleta y profesional’’
Alejandro Soto cuenta su trayecto como gimnasta y cómo el apoyo de su familia fue indispensable para su formación en la gimnasia.
Alejandro Soto participó en los Juegos Centroamericanos 2013 en Costa Rica.
Miraba al reloj del celular para verificar cuánto faltaba para que las clases terminaran; esperaba, con ansías, salir y saber cuál fue el resultado de la disciplina de gimnasia artística en los Juegos Centroamericanos. Sonó el timbre que indicó que el día escolar había terminado. Salí corriendo hacia el carro de mi papá y lo primero que hice fue preguntarle: ‘‘¿cómo le fue a mi primo?’’. El equipo nacional de gimnasia había ganado la medalla de oro.
Participaron 567 atletas costarricenses en los Juegos Centroamericanos y Costa Rica obtuvo 285 medallas entre ellas 93 de oro, 82 de plata y 110 de bronce.
Alejandro Soto Méndez, oriundo de Alajuela, formó parte del equipo nacional de gimnasia en los Juegos Centroamericanos que se realizaron en Costa Rica en 2013. La gimnasia ha sido parte de su vida desde la niñez.
Alejandro Soto (primero a la derecha) junto a sus compañeros de equipo con sus medallas de oro.
Sus padres inscribieron a Mariana, su hermana, en clases de gimnasia en el Polideportivo Monserrat. Alejandro los acompañaba a recoger a Mariana de las clases. En ese momento, él tenía 5 años. Un día, su mamá y su papá decidieron que él probara con la gimnasia; Mariana siguió practicando por unos meses más y decidió cambiar por natación. Sin embargo, a Alejandro la gimnasia le cambió la vida.
‘‘La gimnasia es parte fundamental de mi vida. Representa gran parte de mi crecimiento como persona, atleta y profesional. No sería la persona que soy sin la gimnasia. Para mi la gimnasia significa muchas virtudes: esfuerzo, paciencia, entrega, disciplina, coraje, insistencia, sacrificio, inteligencia. Significa encontrar nuestros límites y atravesarlos.”
La satisfacción que obtiene cuando logra sobreponerse a las dificultades y lograr cosas nuevas que parecían inalcanzables es incomparable.
‘‘El sentimiento experimentado cuando uno está subido en los aparatos haciendo las rutinas, especialmente en competencias, es único.’’
A lo largo de su carrera participó en varias competencias, tales como el Campeonato Nacional de Gimnasia entre 2003 y 2015, los Juegos Centroamericanos 2010 en Panamá, los Juegos Centroamericanos 2013 en Costa Rica, el Campeonato Mundial de Gimnasia 2013 en Antwerp, la Copa Mundial Turnier der Meister 2013 en Cottbus, los Juegos Panamericanos de Gimnasia 2014 en Montreal, la Voronin Cup 2014 en Moscú y el Campeonato Mundial de Gimnasia 2015 en Glasgow.
Los entrenamientos antes de una competencia se centran en la repetición de las rutinas que serán presentadas para asegurar el mayor nivel de dominio de los ejercicios y la mayor preparación mental posible. Los entrenadores se aseguran que el atleta llegue bien preparado y sin fatiga, para ello reducen la intensidad de los entrenamientos que se realizan normalmente.
Para realizar todo esto, el apoyo familiar es fundamental para el atleta.
“El apoyo de mi familia siempre ha sido incondicional. Ellos desde el inicio comprendían el sacrificio que conlleva practicar un deporte a un nivel competitivo, y siempre me apoyaron con los entrenamientos, los implementos deportivos, los viajes a competencias internacionales y cualquier otra cosa que necesitara".
Posterior a su carrera como atleta, Alejandro ha fungido como juez nacional e internacional ha participado en los Campeonatos Nacionales, Juegos Nacionales, Juegos Suramericanos Juveniles, Juegos Panamericanos Juveniles, Juegos Centroamericanos y del Caribe y Campeonatos Centroamericanos de Gimnasia.
Alejandro Soto (en el centro) participó en varias competencias como juez, entre ellas Barranquilla 2018.
Alejandro estudió Ingeniería en materiales en el Tecnológico de Costa Rica (TEC) durante 2 años, pero decidió cambiarse de carrera para estudiar Educación Física y ser entrenador de gimnasia artística. Su familia lo apoyó en su decisión.
Cuando empezó como entrenador no llevó ningún tipo de curso o capacitación. Solamente tenía lo que aprendió como atleta durante 15 años. Cuando decidió que esto era a lo que quería dedicarse, empezó a llevar capacitaciones en la Federación Nacional de Gimnasia.
‘‘Mi vida como entrenador ha sido muy gratificante. Al principio era una experiencia un poco extraña, estando del otro lado del proceso de formación de un atleta, sin saber exactamente lo que estaba haciendo. Sin embargo con el tiempo me fui ubicando más y más; con el estudio y la experiencia me fui convirtiendo en un mejor entrenador, y ahora después de 6 años trabajando en esto me siento muy orgulloso de todo el proceso que he llevado, y me emociona todo el proceso que me queda por delante.’’
Esta carrera a veces puede ser un poco desgastante, ya que el tiempo que se requiere de investigación y planificación para llevar a cabo un proceso adecuado de entrenamiento es significativo. Como entrenador, siempre tiene que estar observando y analizando los entrenamientos para determinar si se están llevando a cabo de la mejor manera o si hay cosas que mejorar para obtener mejores resultados.
‘‘Es un proceso continuo que nunca acaba.’’
Alejandro Soto enseñándoles algunas técnicas a sus alumnos en su gimnasio Acrogym.
Actualmente, trabaja en Acrogym, un gimnasio que se encuentra cerca de Alajuela Centro y entrena a 14 chicas y 6 chicos.
Como entrenador transmite a sus atletas todo el conocimiento y experiencia que obtuvo como gimnasta y colabora con el desarrollo personal de cada niño. Además, contribuye con el progreso de la gimnasia artística en Costa Rica.
Alejandro Soto (primero a la izquierda) junto a sus atletas.
‘‘Cuando veo a un atleta mío lograr un ejercicio nuevo que le estaba dando mucho problema, o vencer algún otro obstáculo mental, siento mucho orgullo de lo que estoy logrando con estos niños y niñas.’’
Aquel muchacho de 17 años no se imaginaba que iba a ganar la medalla de oro con su equipo así como tampoco sabía que en el futuro iba a ser entrenador y que iba a transmitirles sus conocimientos y experiencias a sus atletas.
Después de recibir aquella gran noticia, me senté en el asiento del carro de mi papá y durante el camino a casa no dejé de sonreír del orgullo que sentía.
Nota: Esta crónica fue escrita el 7 de abril de 2020.